Roberto, 39 años
En el 2020, la pandemia del Covid-19 nos cambió la vida. Yo vivo con el VIH y, cuando empezó el confinamiento, me encontraba en el distrito de Castilla en Piura. Fue desesperante saber que no podía viajar hasta Lima y recibir mi tratamiento en el hospital de Puente Piedra.
Recuerdo que era el mes de marzo y no sabía qué hacer. Escribí a GIVAR y ellos se comunicaron con las autoridades del Ministerio de Salud. Pasado un tiempo logré recibir mi medicamento de terapia combinada en el Hospital Santa Rosa de la ciudad norteña. Es un alivio saber que contamos con organizaciones que nos ayudan para no quedarnos sin medicamentos.
Mario, 72 años
Tengo el privilegio de conocer GIVAR desde que se fundó en el 2010. Soy asegurado de Essalud y hace más de 60 años realizo las aportaciones. Siempre tenía problemas con las citas que no coincidían con la fecha exacta para recoger mis retrovirales y no quedarme sin pastillas, pero en noviembre de ese año, con ayuda de GIVAR inicié una denuncia porque el seguro social intentó suspenderme el tratamiento antiviral que necesitaba, por que decía era muy costoso.
Tras varios meses de investigación, el Ministerio Público recomendó a Essalud continuar con mi terapia y de otras personas, que no denunciaron, pero que mi acción les sirvió para asegurar su derecho a la salud y la vida.
Felicito a GIVAR porque son quienes dan la cara por nosotros, porque nos apoyan y asesoran legalmente cuando nos maltratan, discriminan o nos quitan el tratamiento.
Beatriz, 32 años.
Vine de Venezuela a Perú con apenas 100 soles, pero con muchas ganas de trabajar. Aquí junto con mi pareja me enteré que tenía VIH, cuando quedé embarazada. Luego de dar a luz, me dijeron que estaba prohibido que diera el pecho a mi bebé, porque le podía transmitir el VIH y porque recién empezaba el tratamiento. Pero pasaron los meses y mi bebé no recibía el sucedáneo lácteo materno que nos prometieron en el seguro del hospital. No teníamos recursos para comprar la leche y en la desesperación le dimos emoliente al niño. Otra madre en la misma situación me habló de GIVAR, así es que les escribí. Ellos me llamaron y me contactaron con otra fundación que me compró y donó la leche, mientras solucionaban el desabastecimiento.
A la semana me llamaron para recibir la leche que le correspondía a mi bebé de 4 meses de nacido.
Doy gracias por ponerme en el camino a GIVAR, mi hijo que se va por el año y seis meses se los agradece también.